LAS PROPUESTAS DEL PARTIDO CIUDADANOS AL PARTIDO POPULAR SON ENGAÑOSAS Y NO PROPICIAN LAS POLÍTICAS DE PROGRESO QUE ESPAÑA NECESITA.

Con una escenificación desmedida, asistimos a la entrega de los escaños de Ciudadanos al PP.  Traicionando la hoja de ruta que les sirvió de reclamo para las dos últimas citas electorales, -basada en la regeneración, la modernización de España y el rechazo a la figura agotada de Rajoy-, Ciudadanos se ha decidido por el despropósito de propiciar, dando un paso más allá de la abstención,  la investidura de Rajoy, indultando la corrupción y blanqueando políticamente su cuatrienio negro.

Las Medidas exigidas  por Ciudadanos, sin plazos para su realización, no sólo se basan en principios o conceptos desfasados, como la petición de que desaparezcan imputados de las listas de un partido procesado por la destrucción de pruebas relacionadas con su financiación ilegal, sino que ignoran completamente las cuestiones económicas o sociales necesarias para hacer frente a  la emergencia. Además,  plantea una comisión de investigación cuya puesta en marcha será fácil  bloquear en la práctica. O la modificación de la ley electoral que, como ley orgánica, necesitará el concurso de otras fuerzas políticas para lograr la mayoría absoluta…

No creemos que el paso dado hoy  por Ciudadanos vaya a ennoblecer la política ni a reconciliar a su clase dirigente con el cuerpo electoral.  Más bien sitúa al partido de Rivera como  cómplice en la prolongación de la agonía de un ciclo agotado, contra el que supuestamente emergió.

Desde Foro 26-J, confiamos en la reacción de la ciudadanía, que más temprano que tarde tendrá que producirse, apelando a que no se resigne, a no plegarse por impotencia ante cuanto nos ocurre.

Pedimos a los partidos presentes en el Parlamento que hagan un esfuerzo de entendimiento y poniendo por delante las necesidades de los más desfavorecidos pacten un acuerdo que propicie políticas de progreso donde no estén presentes los responsables de la corrupción imperante, que sea honesto, solvente, para acabar con la política económica, social y mediática que actualmente nos preside y amenaza con quedarse para tener continuidad.

Trasladamos a debate ciudadano la necesidad de una fuerte movilización, saliendo a la calles y plazas, para expresar nuestra disconformidad con lo que ocurre, que aspiramos a soluciones, que estos comportamientos no se realizan en nuestro nombre, que apremiamos a que, hasta tanto no se reforme, se respete y se aplique escrupulosamente la Constitución, arma fundamental de un Estado de Derecho, a la vez que reivindicamos la formación urgente de un Gobierno de progreso.